#196
autor: tenejapanboy
Sobre el inche documental del ulero de Santaolalla, transmitido en Netflix quiero vomitar mi opinión.
La pretendida serie documental de Santaolalla, que transmite Netflix, más bien me pareció un seudodocumental pretencioso, que para colmo tiene como subtítulo «La Historia del Rock en América Latina» pa su uta madre de soberbio.
«Rompan Todo» bien pudo llamarse…más bien ¡Debió llamarse! «El ego de santaolalla al full» o «si no los produje yo (Santaolalla) no existen.»
Santaolalla no sólo soslaya ( cacofonia premeditada) el rock más auténtico de México (el pinche Lora menciona solamente al «Tri», ninguneando de forma grosera y además malagradecida la trayectoria del Three Souls in My Mind y el endejo de albarrán, o como se llame ahora, igual, diciendo «el Tri» ), sino que se regodea en restregarnos en la cara su carrera (en la cortinilla promocional, o iagen promocional del programa en imagenes grandes aparecen puro rockero sudamericano y solo una imagen de los Café Tacuba con otros que ni idea, todos amontonados, pa la suya), de como productor y con ello a sus rockeros fifis (me curo en salud: hablaré del rock en México, porque de él pretendo saber un poco, muy poco, pero lo suficiente. Del rock argentino, chileno, colombiano, me abstengo porque no se ni madres), a sus cuates, a los que a él le gustan, a los que él produjo y dirigió, a aquellos que «triunfaron» en su plan de negocios y que en la actualidad tienen como máximo logro ( en la mayoría de los casos, con sus muy escasas excepciones), departamentos o casas de pequeños burgueses, con cuadros bien colgaditos, escaleras muy limpiecitas, sofazotes, ventanales que dan a un enorme jardín, etcétera, todo como escenario prefabricado ser entrevistados y presumir su » éxito» , jajajaja bien asimilados al mainstream los rockeritos de sololo
Y es que, tan fácil hubiera sido prescindir del subtitulo ya mencionado y dejarlo en su «rebelde» «Rompan Todo», pero no, si no le hubiese puesto ese subtítulo, el programa hubiese tenido mucha menos audiencia, habría pasado como un documental de Netflix y muchos de nosotros nos hubieramos ahorrado muchas horas nalgas frente a la pantalla, porque seguramente no lo hubiéramos visto.
Por otra parte, dos de las cosas que más se da a notar entre todos los entrevistados, es que todo estaba mal con la sociedad y los rockeros eran a toda madre.
En lo que respecta al primer punto, la sociedad y el gobierno, en el caso de Sudamérica, la represión estaba gruexa, amenazas de desaparición y hasta de muerte por ser joven greñudo y rockero, con tales amenazas, no quedaba otra que el exilio a donde fuera.
En México, la cosa estaba cabrona, lo que no quiere decir que estaba tan culera como en Sudamérica, acá tampoco era chido ser rockero, al Batiz casi lo dejan de a pirata, pues de una madrina casi le sacan un ojo de la cara (sic), pero no hubo tanta presión como para irse de exiliado a rolarla por otro país, ni andarse escondiendo de la tira, la cual, por otra, parte era indirectamente beneficiada con el rock clandestino de los Hoyos Funkies de la Ciudad de México y zona conurbada (Neza principalmente), púes estaba coludida con los organizadores de las tocadas en los hoyos funkies, para que cuando estuviera ya macizos los chavos de onda, y el toquín ya estuviera bien prendido, la chota llegará y agarrará parejo y a putear y a robar al que se encontraran y si eran chavas, a manosear a las princesitas. Me caí que todo estaba perfectamente calculado. Los polis sacaban lana robando a la chaviza y extorsionando a los que llevaban su mota o activo; y los que organizaban el toquín, llevándose la lana de la taquilla sin siquiera pagar lo que les restaba a las bandas que tocaron o ya no alcanzaron a tocar.
En el segundo punto, los rockeros descubiertos, pulidos, producidos y vendidos por santaolalla, nunca hacen una autocrítica a su música, a sus «aportaciones» a su amafiamiento para cerrar (conciente o inconcientemente) el circulo de las grabadoras extranjeras y de los espacios ya «legalizados» para presentarse a otros grupos
(Los Hoyos Funkies y yo sumo las disqueras mexicanas como por ejemplo Discos Denver, Cisne Raff, entre otras) «Representaban el espacio alternativo frente a un circuito comercial en el que no se integraba este rock, porque ni los grupos ni sus seguidores estaban interesados en hacerlo.»(Molina:2012:1)
El mentado seudodocumental del tal santaolalla, es una mentada de madre a músicos como Charlie Montana, Paco Gruexxo, TexTex, Dug Dugs, León Chávez Texeiro, Rockdrigo, la Camerata Rupestre, el Mastuerzo, Tinta Blanca, Federico Arana, Banda Elástica, Banda Bostik, Rebel’d Punk, Chac Mool, Iconoclasta, Las Ultrasónicas, San Pascualito Rey, Cecilia Toussaint, y un shingo de bandas ninguneadas de mala forma.
El rock desde siempre, ha estado infectado por unos virus desde los 60’s y esos virus son los productores mafiosos como santaolalla, que han coptado la entrada de verdaderos grupos de rock al medio musical. Ese inche seudodocumental es un mea culpa del tal santaolalla hdspm.
Tal vez lo que buscaba santaolalla, era congraciarse con la escena del rock argentino y de paso se le ocurrió que era buena idea cuentear a Netflix con que iba a hacer un documental de la historia del rock en latinoamérica y Netflix se la tragó todita y permitió este bodrio que sólo apantalla a los distraidos, o sea, a los que nunca han oído nada de rock mexicano y creen que El fer de Mana es la máxima estrella del Rock Mexicano y que alejandra guzmán (que afortunadamente no sale en el seudodocumental, lo que es de agradecerse. Al igual hay que agradecer, y ese es uno de los pocos aciertos de «Rompan Todo», que no aparece la Chela Lora), alejandra guzman es rockera y que Leonardo de Lozanne es rockero, jajajaja, y tuvo más de un éxito después de su «microbito» .
1. Molina, M. A. (2012) Los hoyos funkies en la Ciudad de México, recuperado el 27 de diciembre del 2020 de https://distintaslatitudes.net/archivo/los-hoyos-funkies-en-la-ciudad-de-mexico
México de Luto