Por @tenejapanboy
21 DE DICIEMBRE DEL 2015
LOS HECHOS, LUGARES Y/O PERSONAJES DE ESTA HISTORIA SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO, SEMEJANZA O SIMILITUD CON HECHOS REALES, PRESENTES, PASADOS O FUTUROS, SON PURA, CANIJA Y RECONDENADA COINCIDENCIA, Y NO SON RESPONSABILIDAD DEL AUTOR.
La fiesta seguía allá abajo, brindis, música, comida, risas; en fin, el ambiente típico en una celebración de navidad, pero para Ebenezer Billares Consales, la fiesta había terminado. A sus 84 años, Ebenezer ya no estaba para madrugar en fiestas y ya había comido en exceso pavo, pierna, ensalada navideña, panetone, chocolate, champagne de la mejor y más cara. Se había excedido, en colaciones y frutas secas, estaba a reventar, contraviniendo todas las indicaciones de su médico de cabecera, había tragado como descocido, pero, era Noche Buena y no podía despreciar tan excelentes manjares que habían sido proporcionados por uno de los más prestigiosos restaurantes de país y además, le habían costado una fortuna. Pero sobre todo, no siempre se disfrutaba de la compañía de amigos, familiares y socios comerciales (incluyendo políticos), los cuales, además de su compañía, habían traído excelentes regalos. Desde vinos y licores importados de Europa, hasta relojes Vacheron Constantin y joyas de todo tipo y valor (alguien bromeo diciendo que la medalla que le había dado la cenaduría había sido un regalo de navidad anticipado; fue en ese momento, con ese comentario que Ebenezer Billares, recordó ese pedazo de metal que ya no recordaba ni dónde lo había dejado, lo mas probable era que en una de esas su chofer ya lo habría empeñado, y lo más seguro es que no le dieran mucho por ese pedazo de metal inútil), amén de esculturas y pinturas de reconocidos artistas; bueno, incluso en una navidad pasada alguien, conociendo sus aficiones, le regaló un maravilloso rifle de caza .950 JDJ y otro le obsequió un toro semental para su finca en España donde tiene una críanza de toros de lidia .
Ebenezer, era un personaje influyente en su país e inclusive internacionalmente y en el transcurso del día no había parado de recibir, felicitaciones, regalos y llamadas telefónicas de todas partes del mundo, por lo que ya después de medianoche Ebenezer Billares estaba cansado, y ya no deseaba más felicitaciones de familiares interesados en darse a ver para que no los borrara de la herencia, y se sentía cansado de dar audiencia a políticos lamesulesas que le presentaban sus “respetos”, todo con el malsano interés de que en las próximas elecciones se mochara con su desinteresada “ayuda” para financiar las campañas de políticos del todos colores e ideologías. Y también estaba harto de sus socios lameculos que sólo iban a verlo para saber cuando tiempo le quedaba para irse al valle de las calacas y así poder apañar su imperio de minas, centros comerciales, compañías de seguros, la cervecería, las casas de bolsas, las de finanzas, universidades, etcétera, que en total hacían de su fortuna una de las más sustanciosas de México, con un monto aproximado a los 20 mil millones de dólares.
Después de despedirse de unos cuantos de los invitados a la fiesta, Ebenezer, pidió a su ayudante personal que lo llevara a su recámara, lo cual se hizo con prontitud y sin objetar nada. Ya en sus aposentos, Ebenezer Billares descansaba en su enorme cama flotante. Ya su viejo y ajado cuerpo había sido enfundado, por un equipo de enfermeras, en una costosa pijama diseñada por Karl Lagerfeld, en tanto sus pies eran protegidos por calcetines térmicos hechos por una empresa encargada de los trajes espaciales de los astronautas gringos; ya recostado en su cama flotante, Billares se cubría con un cobertor, con cobijas y sábanas de algodón egipcio, las cuales se cambiaban diariamente y nunca eran usadas dos veces por Ebenezer. Su amplia recámara de más de cien metros cuadrados, era calentada por un sistema de calefacción que era controlado por una computadora que media las variaciones de la respiración de los que ahí dentro de la recámara se encontraban, logrando un constante de 24 grados centígrados, el piso estaba íntegramente cubierto con las mejores alfombras persas y en todas las paredes, lucían las cabezas de los animales que habían tenido la desgracia de atravesársele al millonario en sus múltiples viajes de caza (alguien algún día bromeó diciendo que siendo tan buen cazador y coleccionista de piezas y que siendo ya que disfrutaba mostrar sus “hazañas” en el arte de la cinegética, por qué no había en su muro la cabeza de uno de sus empleados, tan tan) .
Una vez que todo estuvo de acuerdo al protocolo para que el millonario Ebenezer disfrutara de su descanso y durmiera plácidamente, los empleados al servicio personal del empresario lo dejaron dormir, algo que lograba el anciano gracias a una buena dosis de narcóticos que le procuraban evadirse del mundo y volver a la vida horas después.
EL TIGRE Y EL PEDO
Pero esta vez, algo había sucedido, pues por alguna razón Ebenezer Billares no podía dormir, tal vez había comido demasiado y eso interfería con el proceso químico que le procuraba dormirse, o no se le había inyectado la dosis correcta, o habían sido muchas las emociones del día; el caso era que Ebenezer Billares, no podía conciliar el sueño; En esas estaba Ebenezer cuando escuchó una voz que lo llamaba por su nombre, lo cual le sorprendió, pues él estaba seguro de que en la habitación no había nadie más que él, (bueno estaban sus xoloItzcuintle, pero esos, hasta donde tenía noticias, esos no hablaban), pero, no pasó mucho tiempo para que de nueva cuenta oyera la voz, la cual no era esas voces cinematográficas de fantasmas , huecas y alargándose. ¡No! Esta voz era fuerte y clara y pronunciaba su nombre con todas sus letras. Fue en el tercer llamado (como en el teatro), que reconoció la voz de quién lo llamaba , era la inconfundible voz del Tigre, el que fuera dueño de las televisoras y las estaciones de radio. Así fue que después de escuchar por tercera vez la voz, El Tigre se hizo presente, Ebenezer no podía dar crédito a lo que sus ojos veían cuando tuvo frente a si al Tigre en carne y hueso. Lo más extraño de todo era que , El Tigre, no se le veía mal, es mas parecía hasta rejuvenecido y hablaba con un tono afable, extraño en él. El Tigre, para mayor sorpresa de Ebenezer, vestía como torero venía enfundado en un terno color blanco bordado en oro con botonadura de plata y vivos en tinto, mismo que lo cubría de chamorros a cuello. La montura, medias y zapatillas eran en color rosa, al igual que el capote de paseo. Como elemento distintivo colgaba de una de sus solapas un fistol de oro en forma de escarabajo con alas de jade y en su rostro lucía una sardónica sonrisa; y se paseaba por la recámara como si estuviera partiendo plaza. El Tigre se regodeaba en su andar y jocoso se acercó a la cama flotante de Billares y sin pedir permiso se sentó en ella, sin que la cama se moviera un sólo centímetro por dicha acción.
-Hola Ebe -dijo con alegre tono El Tigre– ¿Cómo sigues mi estimado y caro amigo? Te veo rozagante de salud. Que envidia.
Ebenezer no podía hablar, estaba mudo, tenia ahí sobre su cama, sentado al Tigre, extrañamente vestido como torero, era él mismísimo Tigre, él que había sido su compañero de la escuela militar, él que ya tenía una buena cantidad de años fallecido, enterrado y prácticamente olvidado y para mayor asombro, El Tigre parecía alegre, sin penas. De hecho no colgaba de él, ni arrastraba ninguna cadena, como dice la conseja popular que sucede con las almas en pena.
-Estoy bien – balbuceó Billares, sin agregar más.
Por supuesto, si ya te vi – contestó El Tigre sin poner mayor atención al estado de ánimo de su “amigo” y en alguna forma su antiguo socio, pues se distrajo con uno de los xoloitzcuintles, que lo miraban con excesiva desconfianza desde una esquina de la recámara.
Fue entonces que , aprovechando la distracción del Tigre con los perros, fue que Billares agarró valor y le dijo al Tigre, que era sorprendente verlo de tan buen aspecto y no como un alma en pena, que ¿Cómo le había hecho? a lo que El Tigre le respondió.
-¡Ay mi estimado Ebe! Tú sigues viviendo en el siglo XIX, las cosas han cambiado mucho en allá abajo, ahora gente como tú y como yo, somos altamente apreciados en el chamuscadero, ahora se reconocen nuestros méritos como explotadores y hambreadores. Allá en el averno somos considerados como buenos ciudadanos que hemos aprovechado las oportunidades que la coyuntura económica, social y política del mundo capitalista nos han facilitado para someter a esa masa creyente y agachona que cree que se ira al cielo por portarse bien -todo esto lo decía El Tigre, ya de pie, dando pases de capote y sonriendo en redondo mientras quién sabe de dónde se escuchaban aplausos, vivas y volaban almohadillas a la recámara -y en gratitud, el lugar de las tinieblas, nos han premiado con riquezas, placeres carnales y mucho dinero y poder y como bono extra, al morir, el infierno nos contratará para trabajar reclutando más almas pendencieras que les importe poco el bienestar general y les guste chingar al pueblo, todo con la complicidad más abyecta de quien dicen que vive en el Cielo. Obvio -prosiguió contando El Tigre– no todos los reclutados serán grandes diablos como yo y como lo serás tú; también hay diablos lamesuelas, como Fedipo Calaveron, Cardos Sardinas de Cortary, George Push, etcétera, y los hay pobres diablos como Jodier Lozasno, Piña Neto, El jefe Ciego Fraunández de Cabellos, Joaquín Sópez Chóriga, Elba Esthres y hasta mi hijo El milín Azcarrata, entre muchos otros; que aún cuando sirven muy bien a través de sus impías obras a los bajos intereses de la oligarquía mundial , no pasan de ser diablillos pedorros-Al terminar de decir esto El Tigre se carcajeó de tal forma que hasta Ebenezer tembló de miedo- Pero, mira Ebe -continuó El Tigre– el motivo de mi visita no es hablarte de dónde trabajarás después de que dejes esta tierra; yo sólo vengo a comunicarte que hoy tendrás la visita de tres espíritus, su objetivo es hacerte un reconocimiento chingón, no como los de la cenaduría y darte dos que tres indicaciones de como desean en los avernos que se maneje el mundo en los próximos años. Y no debes asustarte por su presencia, son amigos -mientras decía eso, El Tigre, no dejaba de rascarse la entrepierna y fruncir la nariz a cada rato. En tanto Billares lo veía sin entender nada y consideraba que todo era una pesadilla digna de Hollywood, pero fundamentalmente, que todo era producto de una mala digestión.
-Bueno te dejo -dijo El Tigre, sin voltear a ver a Ebenezer– El infierno me requiere, hoy además de ejercer como un Krampus, en el infierno estaré esperando la llegada de mucho político y empresario tranza y yo soy el mero mero del comité de bienvenida y selección, como te digo, hay diablos de todos niveles y yo soy el que los acepta o rechaza según sus aptitudes, nos vemos Ebe -habló El Tigre mientras esbozaba una falsa sonrisa muy al estilo televisivo, y se despidió diciendo- Cuidate, ¡Ah! y felicidades por la medalla, aunque, claro, que, esa medallita, comparada con los collares Amour Amour de tus perros; esa medallitaa del cenado (sic) es casi una corcholata. Y sin más, y enmedio de una nube de azufre, El Tigre se esfumó, sin darse cuenta que en su partida, en la alfombra persa de la recámara de Billares, había caido su fistol.
Ebenezer, descontrolado no salía de su asombro, pero se repetía que, seguramente todo era a causa de la tragazón que se dio en la Noche Buena, y pensó que si seguía sintiéndose mal, llamaría a su médico para que le diera algo contra la mala digestión. Dicho esto se acomodo bajo las lujosísimas sábanas y cobertor y mientras expulsaba un sonoro pedo, se dispuso a dormir.
LA NAVIDAD DEL PASADO
Al poco tiempo de que al parecer, Ebenezer Billares Consales (se pronuncia ebenicer quién sabe por qué), se había quedado dormido, sintió un extraño vientecillo entre las piernas, lo que le hizo despertarse inmediatamente y mientras veía hacia todos lados intentando saber dónde carajos se encontraba, se dio cuenta que yacía sobre el pasto del jardín frente a la fachada de la antigua escuela militar Cooler, centro académico de corte militarizado a donde en la adolescencia había sido enviado por su padre para templar su carácter, debido a un desmadre que había organizado con otros juniors, amigos suyos, en una de las plantas cerveceras de la familia. Ebenezer no salía de su asombro y permaneció recostado en el pasto, en tanto se decía así mismo.
-Con una chingada, qué me está pasando, pinche comida estuvo muy condimentada, pero nada más que despierte, ordeno a mis cuates de Salubridad que manden clausurar ese restaurante de mierda y… -No terminó de decir lo que deseaba porque un militar como de dos metros con uniforme muy a la milicia gringa, se le acercó y parado frente a él, le dijo.
-¡Bienvenidou de nuewo cadete Billarés!!! ¿Se acuerda cuando estuvo aquí en su juventud, y supo lo que es ser discriminado por no ser consideradou one of us????-
Si, Billares lo recordaba; cuando llegó a la academia militar Cooler, ni inglés sabía y sintió en carne propia lo que es no ser aceptado y ser discriminado por el simple hecho de ser “mejicanou”
-Pero levántese cadete Billarés – amable el milico grandulón, ofreció a Ebenezer una mano y de un jalón puso, sin dificultades, en pie al millonario , quien no sabía ya que pensar- Aquí le queremos muchoua usted, pues sabemos que es your are uno de los millonarios más grandes de Méjicou, y eso nos enorgullece, porque sabemos que aprendió muy bien las lecciones que aquí le impartimos de como hacer sentir a los demás lo que es el poder y que el capitalismo y la democracy es la mejor forma de dominar a los pueblos subdesarrolladous. Usted ha sido un buen soldado americano, ha dando a los USA mucha riqueza, que digo un buen , your are un excelente soldado, mejor que muchos que han muerto en la infinita cantidad de guerras en que los USA han participado, (no entendía por qué el gringo le hablaba en un pésimo español, si él sabía hablar un excelente inglés, pero en fin). Gracias a capitalistas salvajes como usted my country ha impuesto su ideología y forma de gobierno, sin importarle la vida y suerte de millones de seres humanos que sólo sirven para que una clase privilegiada viva con lujos y comodidades. Y, claro que por supuesto, usted también ha sido beneficiado enormemente con ello.
Al terminar de decir esto el militar gringoide, Ebenezer, sintió de repente un orgullo mal sano, le habían dicho que él era un excelente soldado de la mayor potencia económica del mundo a la cual veneraba desde joven.
-Hoy Ebenezer -El militar se dirigió a Billares como si le hablara a un hijo pródigo- has venido a tu pasado para que no olvides tu misión mercantilista y antihumanitaria. Y sólo te pido una cosa Ebenezer -continuo el militar- que sigas siendo el mismo explotador, el mismo especulador y el mismo ideólogo de la clase adinerada de tú país y continúes sirviendo con tus acciones al mío, para seguir haciendo más pobre al pobre y más ricou al ricuou -El gringo lo abrazó cariñosamente, le dio un beso en la frente y Billares cayó en un sopor tan satisfactorio como cuando su padre lo felicitaba por sus logros académicos; sintió un relajamiento muy similar a como cuando su padre le dijo que al morir su hermano y una vez que faltara él, Ebenezer se haría cargo de la fortuna familiar, disfrutó de un éxtasis tan impactante como cuando supo de la perdida de su padre cuando éste cayó accidentalmente de su lujoso yate, en la famosa bahía de Acapulco, allá por los años 60. Y de un momento a otro Ebenezer volvió a sentir el calorcito de su cama y de su calefacción controlada por computadora y sintió que todo estaba bien y que ya hasta le daba hueva esperar a los otros dos espíritus navideños…ahora Ebenezer se sentía muy chingón.
…Continuará
LOS HECHOS Y/O PERSONAJES DE ESTA HISTORIA SON FICTICIOS CUALQUIER PARECIDO, SEMEJANZA O SIMILITUD CON HECHOS REALES,PRESENTES, PASADOS O FUTUROS, SON PURA, CANIJA Y RECONDENADA COINCIDENCIA Y NO SON RESPONSABILIDAD DEL AUTOR.
*”El Krampus no es algo que normalmente se asociaría con la Navidad, al contrario, podría considerarse algo digno de Halloween. Con grandes cuernos, pezuñas, cabello oscuro, colmillos filosos y una horrible lengua, es básicamente el anti-Santa. El origen de este demonio es de la época pre-cristiana, originado en Alemania. Su nombre viene de la palabra krampen, la cual significa “garra” y se dice que es hijo de Hel de la mitología nórdica. El demonio también comparte características con algunas creaturas de la mitología griega.” http://www.sandiegored.com/noticias/59489/Que-es-el-Krampus-Conoce-otra-cara-de-la-Navidad/#sthash.JetP6j2N.dpuf